sábado, 5 de febrero de 2011

Tears for Fears - Mad World



UNA DE LAS ENTRAÑABLES

Tears for Fears - Mad world

Todo a mí alrededor son caras conocidas
sitios gastados, caras gastadas.
Temprano y relucientes para sus carreras diarias
hacia ningún sitio, hacia ningún sitio.
Sus lágrimas empañan las gafas
inexpresivas, inexpresivas.
Oculto mi cabeza, quiero ahogarme en mi pena
no hay mañana, no hay mañana.

En cierto modo resulta divertido,
en cierto modo triste.
Los sueños en los que agonizo son los mejores que he tenido.
Resulta duro de decir, duro de aceptar
cuando la gente camina en círculos.
Es un mundo desquiciado.

Niños esperando el día en que se sentirán bien
feliz cumpleaños, feliz cumpleaños
Y yo siento del modo que cualquier otro niño
siéntate y escucha, siéntate y escucha.
Fui a la escuela y estaba muy nervioso
nadie me conocía, nadie me conocía.
Hola maestro dime cual es mi lección
mira a través de mi, mira a través de mi.

En cierto modo resulta divertido,
en cierto modo triste.
Los sueños en los que agonizo son los mejores que he tenido.
Resulta duro de decir,
duro de aceptar.
Cuando la gente camina en círculos.
Es un mundo desquiciado.
Mundo desquiciado
Amplia tu mundo

miércoles, 2 de febrero de 2011

Los combates en la Arcadia

 Mauricio Ramos
El ciudadano promedio se ve armado de repente, hábil y en plan bélico. Sus instintos depredadores amanecen de nuevo en la experiencia interactiva del combate. Ya no es necesario salir de cacería, poniendo en peligro el propio pellejo, basta activar la caja de juegos y pronto emerger como héroe resplandeciente. Hay un carnívoro aventurero que desprecia la cortesía y las buenas formas. El rey mamífero quiere mostrarse feroz para revertir al animal domesticado que pasivo, se mantiene en el adormilamiento de la comodidad.
La vida guerrera tenía gloria, hoy duerme en la apacibilidad doméstica. Los impulsos innatos exigen al depredador la confrontación física e injuriar sin consideraciones. La cortesía civilizada de buena conducta y aliento a menta, no le permite avanzar mucho a nuestra pulsión pendenciera, siempre ávida de una buena presa.    
Gracias a los medios audiovisuales, la tecnología nos permite proyectar los afanes aventureros en diversidad de héroes. La perfectibilidad digital de los nuevos juegos interactivos, hace posible emular las condiciones de peligro y de violencia, sin ni siquiera desplazarnos o acabar con la respiración agitada. Incluso los guerreros que van a los campos de batalla real, están entrenados expresamente en las arcadias.
Para defender los valores occidentales, la propiedad privada y la navidad, la nueva casta guerrera es adiestrada en centros de entretenimiento digital y apoyada por tecnología de última generación. Los soldados no están inspirados en la imagen de los héroes de epopeyas bíblicas, ni en la valentía que de antaño definía la virtud, los cruzados son anticuados y Aquiles está cautivo en una obra clásica. El reluciente guerrero cibernético se motiva con la visión del personaje digital, al que desde retoño manipuló con control a la mano. Es Turok, el cazador de dinosaurios, Metroid, Zelda, Halo, Hitman, matadores de vampiros y exterminadores de zombis. Estos nuevos guerreros son los íconos de acción que logran la cima del poder, venciendo todos los obstáculos y peligros al nivel de un Jedi.  Tal vez a veces el arquetipo del justo, siga siendo el caballero medieval matadragones, que tiñe su fulgurante armadura con la sangre de la bestia vencida, pero en versión digitalizada, en alta resolución y con gráficos imponentes.
            La espectacularidad de los ambientes diseñados para tecnófilos, que estimulan sus habilidades psicomotrices apenas balbucean, hipnotizan a sus usuarios con colores intensos. En medio de estas virtualidades, la sangre que emana del enemigo son pixeles que se derraman en texturas metálicas. El abigarramiento multiforme, da volumen y sensación de realidad a los diseños gráficos, que palpitan como si tuvieran pulso, gesticulan y se quejan de dolor, en medio de ágiles batallas. 
            En las pantallas de las eficientes PC's, se notan las posibilidades del poder de un ademán, de los movimientos táctiles que pueden producir catástrofes o matar en masa. Percibimos el alcance que nos da un control ergonómico, fácil de manipular, sobre la secuencia de los acontecimientos del juego, que siempre nos retará a sobrepasarlo en sus niveles. Sólo se requieren movimientos mínimos para lograr efectos dramáticos, con economía de energía se logra hacer milagros sobre el cosmos, destruir civilizaciones, aniquilar a la maldad pura, todo ello, un poco antes de irnos a dormir. 
            Hay una comunidad cautiva de jugadores diestros en la tecnología del entretenimiento, listos para morir virtualmente glorificados por su alto ranking. Los adictos entusiasmados por sus avances en el mundo de la arcadia, invierten parte de su energía mental y sus ratos de ocio, en avanzar en sus juegos, descubriendo trucos, aniquilando contrincantes y logrando puntajes extras.
            La hiperrealidad se sobrepone a lo real. El mundo verdadero se convierte en desfiguro deslavado, porque visualmente no es tan efectivo como lo son los juegos interactivos. El mundo virtual permite acceder a ángulos estratégicos, pues tiene las ventajas sensoriales que el ojo fisiológico no puede ofrecer. La alta resolución estimula los sentidos, nos seduce hasta la adicción, pegados al control, somos apéndices del cableado.
            Los jóvenes soldados de la guerra real, llevan entre su equipo mental, una serie de arquetipos salidos de sus procesadores de gran poder y sistemas de almacenamiento de alta capacidad. Sus aparatos portátiles programados con juegos de batallas intergalácticas, los mantienen en continuo ejercicio bélico, dotándolos con habilidades que los capacitan  para enfrentarse en las arenas de combate virtuales.
            Las gestas heroicas estallan en medio de paisajes barrocos y esplendorosos, diseñados para el entretenimiento electrónico. Los personajes en atuendos brillantes y físicamente impactantes, emergen sobre gráficos de tema extraterrestre y ruinas de naves industriales, dispuesto a enfrentar cualquier reto venido del enemigo mutante o cualquier bestia robótica.
            ¡Qué mejor para los cibercenturiones, cristianizados y conectados en línea, que haber sido criados en adiestramiento continuo, combativos, agresivos y veloces!, ¡Qué mejor que estar acostumbrados a los accesorios digitales y tener los nervios para disparar a múltiples objetivos simultáneamente! Las tropas avanzan con movimientos precisos, eluden al enemigo, buscan aniquilar definitivamente. Los soldados logran un nivel zen traspasando portales, eludiendo trampas, ascendiendo a otros estadios del juego. Los niños posindustriales, acumulan puntaje y orgullo, avanzan y logran trofeos, tomando lo que creen que se merecen.
            El enemigo sólo es evanescencia poética, que se diluye en la pantalla en cuanto es arrasado. La muerte del contrincante no descarta su reanimación, gracias a sistemas de adrenalina activados para reabastecer su poder. El enemigo orgánico que muere en los campos de batalla de tierra y piedra real, languidece ante sus sucedáneos ficticios incubados tecnológicamente por cibernautas.
            En los campos de batalla de sangre y arena reales, el dolor infligido también se percibe como irreal, y aun su manifestación física, un puro artificio técnico con buenos efectos especiales. Asesinar es mera cuestión automática exenta de consideraciones morales, porque intensa en su repetición manual y hábito visual, nos insensibiliza ante la muerte violenta. Las matanzas no se resienten  como aniquilamiento biológico, sino como obstáculos superados. Sólo es cuestión de reemplazar automáticamente a los seres caídos, diseñados para ser sustituidos.
            Entre el polvo y los estruendos lejanos de la guerra, el marine se percibe como cyborg heroico. El soldado como loco de Dios, busca el bien supremo, la verdad pura, sólo que con el apoyo de sus armas letales y con todo el arsenal de juguetes de alto rendimiento. El ser humano de piel y huesos es desintegrado en la lejanía como un virus maligno, gracias a la artillería superior, suficientemente efectiva para defender el interés de los justos.
            El efecto de los artilugios de entretenimiento digital, las salas acústicas y los canales de recreo, producen en la conciencia un efecto onírico. La imaginación estimulada con descargas de adrenalina y efectismo visual, padece resaca cuando la alejan de su consola. No nos debería causar suspicacia la inteligencia artificial, sino la artificialidad de la inteligencia, la superficialidad del saber, la cancelación autocrítica, la credulidad indulgente. El problema no es el juego interactivo sino la vaciedad intelectual, que busca desesperadamente con qué llenarse.
            La mente unidireccional sólo está en la espera de que activen sus capacidades programadas y que definan sus objetivos predeterminados. Escuadrones de usuarios ruegan porque algo o alguien les lave el cerebro, están abiertos a que les inserten la logística adecuada y una infraestructura completa, mapas, coordenadas, mandos, herramientas y juguetes intensos, aliados poderosos, estrategias de ataque, pasión por la lucha, desprecio del enemigo, su destrucción bajo el poder del nuestro control remoto.


lunes, 24 de enero de 2011

Ritmo ruidoso esencial: la cultura en estrofas

Mauricio Ramos
 
En cuanto a la cultura no hay nada que ocurra que no nos de en la cara. Todo está imbricado, la mutua contaminación es esencial, la cultura nos interpela a pesar nuestro, la cultura lo es todo y sin contención, no hay para donde correr, si antes la palabra cultura era cosa de tono aristocrático, hoy igual forma parte de la bolsa de palomitas, de la barbie malibú o una revista porno.  Si Goebbels decía que cuando oía la palabra cultura llevaba la mano a su revolver, hoy cuando se escucha la palabra pensamiento, todo mundo lleva la mano a su cultura. Mientras no sea cosa de animales que viven silvestres o parajes sin invadir por centros turísticos, todo lo demás se trata de cultura.
            Epicuro decía que antes de ver algo lo oímos, deseamos las cosas más por lo que hemos escuchado de ellas que por ellas mismas. Los que diseminan la cultura, separan la paja del trigo para luego distribuir la paja, a nosotros solo nos queda tomar lo que podamos. A pesar de las mejores intenciones crecemos con Reader’s Digest, comics adictivos, películas esplendorosas y por supuesto con música, para empezar a desear de oídas a la cultura.
            Las primeras respuestas a la confusión adolescente tuvieron consuelo en canciones que por lo menos nos hacían pensar a algunos de nosotros que no estábamos solos en el desconcierto. Melancolía a flor de letra, mensajes terminales, ironía contra el triunfalismo, sinfonías electrónicas para hablar de lo poco que nos quedaba, estrofas contra la barbarie sofisticada, versos de mal agüero, oscuras efervescencias de los mal avenidos que con los tiempos.
Algunas de nuestras formaciones musicales nos llevaron por el camino de la luz, no necesitamos los avisos de desviación de los grandes discursos premonitorios de la postmodernidad.  Dimos por hecho que así eran las cosas en este mundo gracias a los versos a toda velocidad, a las estrofas a boca de jarro, a las canciones sin anestesia; poca corrección, mucho que decir; la adolescencia atiborrada de cultura popular llevaba como calcomanía mensajes anexos sospechosos, suspicaces y perspicaces.  Verso tras verso supuraba el disgusto, la mala fama de la civilización no era gratuita, su corbata resultó muy pesada, sólo un promisorio aditamento para acabar colgándose de algún gancho, la civilización apareció tecnócrata y gutural, todavía demasiado judeo cristiana como para poder ser simpática, todavía demasiado masoquista y orgullosa de sus cicatrices.
            La racionalidad entraba a escena dislocada, algunos de nosotros la encontramos ya fúnebre, nunca la conocimos con buena fama, ya la inteligencia a secas olía mal, era calculadora y en cualquier momento nos podía traicionar. Si hacemos inventario de la barbarie del siglo XX no hay nada por qué levantar la frente. No hay motivo para discriminar a nadie, tenemos líderes imbéciles, ideologías caníbales, rutinas autistas, por qué menospreciar a los limitados de mente, el mundo podría ser de ellos, y probablemente no sería peor. Hasta ahora parece que podríamos sobrevivir comunicándonos con monosílabos y gruñidos, en un mundo de lenguaje binario, individualista y enamorado del televisor…

Mongoloide, él era un mongoloide
Un cromosoma de más
Mongoloide él era un mongoloide
Él decidía lo que quería ver
Y él usaba un sombrero
Y él tenía un trabajo
Y él llevaba tocino a casa
Y de eso nadie se daba cuenta.
                                                  Devo

La evolución parecía estacionada, época de conservadurismo y puritanos, era como el imperio de la muñeca barbie, plástica, sensual y perversa.  Somos los  mismos monos de siempre, el mismo dedo oponible, omnívoro, territorial, agresivo, celoso, depredador, carnicero, pero hoy con energía atómica disponible, una bonita antesala del Apocalipsis.   

Todos los hombres mono,
en trajes de negocios,
maestros y críticos
danzando flatulentos
No somos hombres
Somos Devo

Y nos descubrimos medievales, los políticos iban al astrólogo y algunos despertaban por la mañana con un repentino sentido de misión. Los elegidos de Dios asesinos caminaban por todas partes, sin razón y con pasión se mezclaba la ciencia ficción y la Biblia, el viejo cristianismo se apiñaba en tecnicismo, cientificismos y ciencia ficción. La ciencia a veces sólo aderezaba y daba voz  a las supersticiones, daba notas buenas a las perversiones y permitía que sonaran profesionales los prejuicios. 

Sr. Kamidaze, Sr. ADN
El es un altruista pervertido
Sr. Kamikaze. Sr. ADN
Está aquí para esparcir algunos genes.
                                                                Devo

El cultivo de la reluciente individualidad occidental nos dejó solos y atrofiados para relacionarnos, y los peor de todo, orgullosos de ello. La superficie fría de un aparato eléctrico resulto asunto de intimidad, qué diferencia hay entre la piel y el silicón. Tiempo en que los afectos se codifican como sistemas de transacción, el pedigrí se comprueba por medio de códigos de barras, las estadísticas y la psicometría son las mejores orientaciones para planear nuestro futuro.

Sabes que odio preguntar,
Pero, ¿son “nuestros amigos eléctricos”?
Los míos se rompieron,
y ahora no tengo a nadie a quién amar.
                                                                 Gary Numan

Todo tipo de relación entra en el canon de la conveniencia, se deben calcular pérdidas y ganancias, sacar lo invertido. Consumidores consumados consumidos, la religión, la política son mercancías. Si tienen dinero para pagar, el alma se encuentra en un curso de autoayuda y superación.  Dime qué es el espíritu y te diré cuánto vale… 

Tu sueño futuro es un esquema de compras.
                                                                       Sex pistols

En un mundo de rechinidos de máquinas fabriles y registradoras, a lo más que podemos aspirar es a ser un diente de engranaje, sustituible y reciclable, y claro, todavía hay quien da las gracias por ello…

Es un mundo competitivo, todo cuenta en la larga suma.
                                                                                   Depeche mode

Por supuesto hay algo que nos hace sentir revuelto el estómago, tal vez es que sospechamos de que aquí no hay nada que hacer, nada que decir, nada que sentir. El problema no es que no nos pertenezca nada, si no que en realidad ya no pertenecemos a nada. El problema no es el nihilismo, si no el que ya no podamos hablar con emoción sobre él…

Cuando no hay futuro
¿Cómo puede haber pecado?
Somos las flores en el cubo de basura,
somos el veneno en tu máquina humana,
somos el futuro, tu futuro.
                                          Sex pistols

Y ya no podemos disentir, nos gusta demasiado nuestra vida acolchonada, qué haríamos sin nuestros muebles ergonómicos y los asientos blandos, sin la sobreacumulación de lo que sea. Todos los vicios ahora son enfermedades y de nada tenemos la culpa, estamos puerilizados, no soportamos la frustración…

Las turbinas se rompieron
Los edificios se congelaron,
El sistema se cayó
¿Qué podemos hacer?
                                     Ultravox

Vamos por ir, hacemos por hacer, la inercia es la reina de este mundo, y es que la repetición incesante domestica el hábito, es el amo del bien y el mal. Las costumbres pueden ayudarnos a ahorrar luz y energía, sólo por moda decimos que nos gusta la aventura, porque ante la menor sensación de lo impredecible, quisiéramos volver al líquido amniótico…

Temprano relucientes para sus carreras diarias
Para ir a ninguna parte.
                                       Tears for fears

Una consigna romántica cuestiona el progreso, ¿en verdad el tiempo es para mejorar?, es tal vez autocomplaciente e ingenuo pensar que día a día somos mejores, tal vez sólo exacerbamos los defectos y las miserias. La modorra y la autocompasión son progresivas pero no progresistas, aquí Kant sí tenía razón, la felicidad hay que merecerla.  

Por lejos que vallamos,
Por viejos que seamos,
Por más que sepamos,
Menos mostramos…
                                 The Cure

La indiferencia otra vez, la indolencia vuelve por sus fueros, todo ya lo habíamos visto antes, ya es mucho que seamos capaces de fingir, de reproducir caras de preocupación, para algo nos entrenan las caricaturas. Para mostrar los sentimiento desatados tenemos días y maneras prescritos, qué haríamos sin la navidad y sus presiones. Todos tenemos algo del señor Meursault, de El extranjero de Camus, frente a una realidad que no nos necesita, no tenemos otra salida que la abulia…

Puedo regresar y alejarme
O puedo disparar el arma
Contemplando el cielo
Contemplando el sol
Lo que sea que escoja
Al final es lo mismo
Absolutamente nada.
                                              The Cure

Sacrificados en el altar de la apatía.
Debes despertar de tu sueño
Por que los mansos heredarán la tierra…
Pero a seis pies de profundidad
Abre tus ojos y mira las mentiras frente a ti.
                                                            The lords of the new church


Dios también tiene su papel, por lo menos para que podamos decir que no está, por supuesto la velocidad lenta de la negación muestra que no podemos cortar de tajo, es pues una estrategia terapéutica. Poco a poco se desazolva el mundo de lo que le sobra, pero Dios es vengativo y emerge en el amor loco y suicida, en la angustia existencial, en la soledad, en la desesperación. Hay demasiada oquedad cotidiana donde todavía cabe Dios, hay demasiada incertidumbre y vulnerabilidad a flor de piel, para no requerir de algún refugio…   

El rey ha muerto
Y larga vida a la gente que mira más allá
Todas las cosas simples nunca entendidas
Como los derechos del mal y el error de la bondad negadora
Que nunca hayas sido tocado por la mentira
Que no haya respuestas en el cielo.
                                                      Echo and the bunnymen

¿Tú hiciste la enfermedad, y el diamante azul?
¿Hiciste a la humanidad después de que nosotros te hicimos a ti?
¡Y al diablo también!
                                    XTC

La idea es no caer en la seducción del aburrimiento, la idea ya la defendía Spinoza, se trata del connatus, persistir en el ser, no caer en estado zombie a la primera provocación, no dejarse llevar por la soñolencia, o por snob ya no sorprenderse por nada, la dejadez es morirse, ir a la deriva es poco interesante.  La cuestión es simple, quien en esto cae muestra voluntad de víctima, es venal, fácilmente abordable, está rogando que lo convenzan de algo, lo que sea, amará a quien le lave el cerebro, busca ser redimido, convencido, reclutado…

Ejerce tus derechos básicos
Podríamos construir una obra
De los ladrillos de la vergüenza podríamos construir la esperanza
                                                                        Depeche mode

Somos disfuncionales, jubilosa situación experimental que tiene que reinventar el mundo entero. Pareciéramos estar en el limbo, en el purgatorio, que igual es un lobby, un lounge, un mientras tanto, situación liminal entre lo lleno y lo vacío. Acostumbrados a la incertidumbre y a los pasatiempos, ya no esperamos nada. 
            Lo mejor de todo es que la música se reproduce. Como el mal sabor persiste, se mantienen las voces que cantan acerca de lo mismo. Para júbilo de los que crecimos con esa manada de grupos y secuencias de estados de ánimo, nunca ha habido silencio. El mal sabor de boca de los tiempos tiene sus catarsis, sus desahogos en estrofas de descontento y desaliento.